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martes, 11 de enero de 2011


Esta semana el comentario tiene que tratar sobre un viaje que haya sido especial para mí, la verdad es que yo no he viajado mucho pero tampoco poco, y aunque haya hecho viajes más lejanos y que para otras personas serian más especiales he decidido escoger uno que fue muy diferente para mí. Hablo de un viaje que realicé este verano a un pequeño pueblo de Guadalajara, para mí fue un viaje muy especial y diferente porque para llegar hasta allí fui sola. Nunca antes había viajado sola y cuando me dieron la beca para ir a pasar una quincena a este pueblo la verdad es que me asuste e incluso pensé en echarme hacia atrás, pero al final fui y ha sido una de las mejores experiencias de mi vida. Al principio lo pasé mal primero fui hacia Madrid en tren y de allí tenía que coger otro a Guadalajara, cuando bajé del tren en Madrid y me vi allí sola en esa estación de atocha tan grande teniendo que buscar otro tren… me entraron unas ganas de llorar…pero al final conseguí llegar a la estación de autobuses de Guadalajara donde me recogían y llevaban a un pequeñísimo pero precioso pueblo llamado Umbralejo. Este pueblo junto a otros dos pertenece a un programa de becas para estudiantes tanto de institutos como de universidades de toda España e incluso suele haber algún extranjero que estudia español. Umbralejo pertenece a la ruta de los Pueblos Negros de Guadalajara, estando allí tuve la ocasión de hacer excursiones a algunos de ellos. Con la beca lo que se pretende es que los estudiantes que vayan ayuden a restaurar esos pueblos abandonados y a mantenerlos, por eso allí tuve que arrancar mala hierbas, pintar paredes, sembrar , recoger frutos, cuidar animales, reconstruir parte de un muro… etc. Pero no todo era trabajar también aprendí a hacer mermelada, a dar masajes, como vivían los antiguos habitantes de Umbralejo, incluso había una casa con todo los muebles y utensilios de la época. Todas estas actividades estuvieron muy bien pero sin duda lo mejor fue conocer a tanta gente, éramos cincuenta y todos nos conocíamos ya que no éramos muchos. La verdad es que este viaje ha sido una gran experiencia porque me llevo a muchos amigos con los que todavía sigo en contacto e incluso hemos hecho algunas quedadas. Cuando tuve que volver a Medina todo fue diferente, no quería volver y no volvía sola.

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